Mi familia y amigos necesitábamos unir fuerzas para llevar ayuda humanitaria a los afectados por la guerra en Ucrania con Rusia. Fue un viaje lleno de emociones y sentimientos encontrados, pero lo más importante fue ver la sonrisa en el rostro de cada persona que recibió nuestra ayuda. Los niños, especialmente, nos dieron un gran abrazo y agradecimiento por los suministros que les entregamos. Fue una experiencia muy humana, que nos hizo reflexionar sobre la importancia de ayudar al prójimo y sobre todo de estar unidos en momentos difíciles. Estoy muy orgulloso de haber formado parte de este viaje y espero poder hacer algo así nuevamente en el futuro.